Hi

27 diciembre 2009

Felicidades

FELIZ 2010 PARA TODOS!!!!!
                  y recuerden

Por que no intentarlo?

24 octubre 2009

El Vagoneta -

Si alguno no vio o no conoce esta serie de tv on line, filmada sin ningún recurso, a pulmón y con actores desconocidos, no se la pierda. Este es el primer capitulo de un total de ocho de la primera temporada. El lunes arranca la segunda temporada, muy buenos.

07 octubre 2009

Alegoría de los hechos

Se acomodó en el umbral de la puerta y se levantó el cuello de la campera, no hacía mucho frío pero estaba lo suficientemente fresco como para esconderse del viento. Dio una fuerte chupada a su cigarrillo negro y el humo inundó sus pulmones, resopló para expulsarlo mientras miraba hacia el lado del cruce, uno de los tantos que había a lo largo de la Avenida que con cinco carriles de ida y vuelta corría por debajo de este. La avenida circunscribía la ciudad rodeándola y separándola como los fosos separaban a los castillos medievales.
El cruce era un puente de peatones y vehículos sobre la Avenida y tenía, de este lado y del otro, sendas estancias de forma rectangular, con techo de tejas a dos aguas, grandes ventanales y el interior muy iluminado por grandes tubos fluorescentes. La luz con su resplandor aliviaba algo la casi total oscuridad de la cuadra en donde trataba de dormir un rato más. Cuando subían las cortinas se podía ver perfectamente a las personas que se hallaban dentro sentadas en sus escritorios charlando o escribiendo en las computadoras y que eran las encargadas de controlar el paso por el puente.
Tiró hábilmente el pucho del cigarrillo a la mitad de la calle, apretó contra su pecho el bolso azul y miró su reloj, faltaban veinte para las cinco. A las cinco y media abren el paso. Podrá cruzar y desayunar en el café de la esquina del puente, del otro lado, claro. De este no había nada de nada, solo edificios grises y oscuros, que parecían abandonados pero no lo estaban, y rodeado de muchos como el a los que no les daba ni el tiempo ni el dinero para volver a casa y que deambulaban de un lado a otro o trataban de dormitar acurrucados en algún sitio. Luego del desayuno tomaría el subte y el colectivo que lo dejaría cerca del taller, hasta la noche, cuando haría el camino inverso para volver a pasar la noche de este lado del cruce, como todos los días, de aquel lado no podía quedarse. Hasta el sábado, ese era el día del regreso, por al tarde tomaba el desvencijado colectivo y viajaba algo más de dos horas hasta su casa, donde lo esperaba su mujer y sus cinco hijos. Lo tomaba desde este lado del puente, de SU lado, que no es el otro, el otro es el de los otros, precisamente. Los que están a resguardo de los de este lado.

28 septiembre 2009

Balada de la primera novia

Una joyita de Dolina. Como buen buscador de recuerdos y nostálgico incurable este me gustó mucho, lo comparto:
Balada de la Primera Novia de "Crónicas del Ángel Gris", por Alejandro Dolina. Ilustración de Carlos Nine.
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El poeta Jorge Allen tuvo su primera novia a la edad de doce años. Guarden las personas mayores sus sonrisas condescendientes. Porque en la vida de un hombre hay pocas cosas más serias que su amor inaugural.
Por cierto, los mercaderes, los Refutadores de Leyendas y los aplicadores de inyecciones parecen opinar en forma diferente y resaltan en sus discursos la importancia del automóvil, la higiene, las tarjetas de crédito y las comunicaciones instantáneas. El pensamiento de estas gentes no debe preocuparnos. Después de todo han venido al mundo con propósitos tan diferentes de los nuestros, que casi es imposible que nos molesten.
Ocupémonos de la novia de Allen. Su nombre se ha perdido para nosotros, no lejos de Patricia o Pamela. Fue tal vez morocha y linda.
El poeta niño la quiso con gravedad y temor. No tenía entonces el cínico aplomo que da el demasiado trato con las mujeres. Tampoco tenía -ni tuvo nunca- la audacia guaranga de los papanatas.
Las manifestaciones visibles de aquel romance fueron modestas. Allen creía recordar una mano tierna sobre su mentón, una blanca vecindad frente a un libro de lectura y una frase, tan solo una: "Me gustas vos." En algún recreo perdió su amor y más tarde su rastro.
Después de una triste fiestita de fin de curso, ya no volvió a verla ni a tener noticias de ella.
Sin embargo siguió queriéndola a lo largo de sus años. Jorge Allen se hizo hombre y vivió formidables gestas amorosas. Pero jamás dejó de llorar por la morocha ausente.
La noche en que cumplía treinta y tres años, el poeta supo que había llegado el momento de ir a buscarla.
Aquí conviene decir que la aventura de la Primera Novia es un mito que aparece en muchísimos relatos del barrio de Flores. Los racionalistas y los psicólogos tejen previsibles metáforas y alegorías resobadas. De ellas surge un estado de incredulidad que no es el más recomendable para emocionarse por un amor perdido.
A falta de mejor ocurrencia, Allen merodeó la antigua casa de la muchacha, en un barrio donde nadie la recordaba. Después consultó la guía telefónica y los padrones electorales. Miró fijamente a las mujeres de su edad y también a las niñas de doce años. Pero no sucedió nada.
Entonces pidió socorro a sus amigos, los Hombres Sensibles de Flores. Por suerte, estos espíritus tan proclives al macaneo metafísico tenían una noción sonante y contante de la ayuda.
Jamás alcanzaron a comprender a quienes sostienen que escuchar las ajenas lamentaciones es ya un servicio abnegado. Nada de apoyos morales ni palabras de aliento. Llegado el caso, los muchachos del Ángel Gris actuaban directamente sobre la circunstancia adversa: convencían a mujeres tercas, amenazaban a los tramposos, revocaban injusticias, luchaban contra el mal, detenían el tiempo, abolían la muerte.
Así, ahorrándose inútiles consejos, con el mayor entusiasmo buscaron junto al poeta a la Primera Novia.
El caso no era fácil. Allen no poseía ningún dato prometedor. Y para colmo anunció un hecho inquietante:
- Ella fue mi primera novia, pero no estoy seguro de haber sido su primer novio.
- Esto complica las cosas -dijo Manuel Mandeb, el polígrafo-. Las mujeres recuerdan al primer novio, pero difícilmente al tercero o al quinto.
El músico Ives Castagnino declaró que para una mujer de verdad, todos los novios son el primero, especialmente cuando tienen carácter fuerte. Resueltas las objeciones leguleyas, los amigos resolvieron visitar a Celia, la vieja bruja de la calle Gavilán. En realidad, Allen debió ser llevado a la rastra, pues era hombre temeroso de los hechizos.
- Usted tiene una gran pena -gritó la adivina apenas lo vio.
- Ya lo sé señora... dígame algo que yo no sepa...
- Tendrá grandes dificultades en el futuro...
- También lo sé...
- Le espera una gran desgracia...
- Como a todos, señora...
- Tal vez viaje...
- O tal vez no...
- Una mujer lo espera...
- Ahí me va gustando... ¿Dónde está esa mujer?
- Lejos, muy lejos... En el patio de un colegio. Un patio de baldosas grises.
- Siga... con eso no me alcanza.
- Veo un hombre que canta lo que otros le mandan cantar. Ese hombre sabe algo... Veo también una casa humilde con pilares rosados.
- ¿Qué más?
- Nada más... Cuanto más yo le diga, menos podrá usted encontrarla. Váyase. Pero antes pague.
Los meses que siguieron fueron infructuosos. Algunas mujeres de la barriada se enteraron de la búsqueda y fingieron ser la Primera Novia para seducir al poeta. En ocasiones Mandeb, Castagnino y el ruso Salzman simularon ser Allen para abusar de las novias falsas.
Los viejos compañeros del colegio no tardaron en presentarse a reclamar evocaciones. Uno de ellos hizo una revelación brutal.
- La chica se llamaba Gómez. Fue mi Primera Novia
- ¡Mentira! -gritó Allen.
- ¿Por qué no? Pudo haber sido la Primera Novia de muchos.
Entre todos lo echaron a patadas.
Una tarde se presentó una rubia estupenda de ojos enormes y esforzados breteles. Resultó ser el segundo amor del poeta. Algunas semanas después apareció la sexta novia y luego la cuarta. Se supo entonces que Jorge Allen solía ocultar su pasado amoroso a todas las mujeres, de modo que cada una de ellas creía iniciar la serie.
A fines de ese año, Manuel Mandeb concibió con astucia la idea de organizar una fiesta de ex-alumnos de la escuela del poeta.
Hablaron con las autoridades, cursaron invitaciones, publicaron gacetillas en las revistas y en los diarios, pegaron carteles y compraron masas y canapés.
La reunión no estuvo mal. Hubo discursos, lágrimas, brindis y algún reencuentro emocionante. Pero la chica de apellido Gómez no concurrió.
Sin embargo, los Hombres Sensibles -que estaban allí en calidad de colados- no perdieron el tiempo y trataron de obtener datos entre los presentes.
El poeta conversó con Ines, compañera de banco de la morocha ausente.
- Gómez, claro -dijo la chica-. Estaba loca por Ferrari.
Allen no pudo soportarlo.
- Estaba loca por mí.
- No, no... Bueno, eran cosas de chicos.
Cosas de chicos. Nada menos. Amores sin cálculo, rencores sin piedad, traiciones sin remordimiento.
El petiso Cáceres declaró haberla visto una vez en Paso del Rey. Y alguien se la había cruzado en el tren que iba a Moreno.
Nada más.
Los muchachos del Ángel Gris fueron olvidando el asunto. Pero Allen no se resignaba. Inútilmente buscó en sus cajones algún papel subrepticio, alguna anotación reveladora. Encontró la foto oficial de sexto grado. Se descubrió a sí mismo con una sonrisa de zonzo. La morochita estaba lejos, en los arrabales de la imagen, ajena a cualquier drama.
- ¡Ay, si supieras que te he llorado....! Si supieras que me gustaría mostrarte mi hombría... Si supieras todo lo que aprendí desde aquel tiempo...
Una noche de verano, el poeta se aburría con Manuel Mandeb en una churrasquería de Caseros. Un payador mediocre complacía los pedidos de la gente.
- Al de la mesa del fondo le canto sinceramente...
De pronto Allen tuvo una inspiración.
- Ese hombre canta lo que otros le mandan cantar.
- Es el destino de los payadores de churrasquería.
- Celia, la adivina, dijo que un hombre así conocía a mi novia...
Mandeb copó la banca.
- Acérquese, amigo.
El payador se sentó en la mesa y aceptó una cerveza. Después de algunos vagos comentarios artísticos, el polígrafo fue al asunto.
- Se me hace que usted conoce a una amiga nuestra. Se apellida Gómez, y creo que vivía por Paso del Rey.
- Yo soy Gómez -dijo el cantor-. Y por esos barrios tengo una prima.
Después pulsó la guitarra, se levantó y abandonando la mesa se largó con una décima.
- Acá este amable señor
conoce una prima mía
que según creo vivía
en la calle Tronador.
Vaya mi canto mejor
con toda mi alma de artista
tal vez mi verso resista
pa' saludar a esta gente
y a mi prima, la del puente
sobre el Río Reconquista.

Durante los siguientes días los Hombres Sensibles de Flores recorrieron Paso del Rey en las vecindades del río Reconquista, buscando la calle Tronador y una casa humilde con pilares rosados. Una tarde fueron atacados por unos lugareños levantiscos y dos noches después cayeron presos por sospechosos. Para facilitarse la investigación decían vender sábanas. Salzman y Mandeb levantaron docenas de pedidos.
Finalmente, la tarde que Jorge Allen cumplía treinta y cuatro años, el poeta y Mandeb descubrieron la casa.
- Es aquí. Aquí están los pilares rosados.
Mandeb era un hombre demasiado agudo como para tener esperanzas.
- No me parece. Vámonos.
Pero Allen tocó el timbre. Su amigo permaneció cerca del cordón de la vereda.
- Aquí no es, rajemos.
Nuevo timbrazo. Al rato salió una mujer gorda, morochita, vencida, avejentada. Un gesto forastero le habitaba el entrecejo. La boca se le estaba haciendo cruel. Los años son pesados para algunas personas.
- Buenas tardes -dijo la voz que alguna vez había alegrado un patio de baldosas grises.
Pero no era suficiente. Ya la mujer estaba más cerca del desengaño que de la promesa.
Y allí, a su frente, Jorge Allen, más niño que nunca, mirando por encima del hombro de la Primera Novia, esperaba un milagro que no se producía.
- Busco a una compañera de colegio -dijo-. Soy Allen, sexto grado B, turno mañana. La chica se llamaba Gómez.
La mujer abrió los ojos y una niña de doce años sonrió dentro suyo. Se adelantó un paso y comenzó una risa amistosa con interjecciones evocativas. Rápido como el refucilo, en uno de los procedimientos más felices de su vida, Mandeb se adelantó.
- Nos han dicho que vive por aquí... Yo soy Manuel Mandeb, mucho gusto.
Y apretó la mano de la mujer con toda la fuerza de su alma, mientras le clavaba una mirada de súplica, de inteligencia o quizás de amenaza.
Tal vez inspirada por los ángeles que siempre cuidan a los chicos, ella comprendió.
- Encantada -murmuró-. Pero lamento no conocer a esa persona. Le habrán informado mal.
- Por un momento pensé que era usted -respiró Allen-. Le ruego que nos disculpe.
- Vamos -sonrió Mandeb-. La señora bien pudo haber sido tu alumna, viejo sinvergüenza...
Los dos amigos se fueron en silencio.
Esa noche Mandeb volvió solo a la casa de los pilares rosados. Ya frente a la mujer morocha le dijo:
- Quiero agradecerle lo que ha hecho....
- Lo siento mucho... No he tenido suerte, estoy avergonzada, míreme....
- No se aflija. El la seguirá buscando eternamente.
Y ella contestó, tal vez llorando:
- Yo también.
- Algún día todos nos encontraremos. Buenas noches, señora.
Las aventuras verdaderamente grandes son aquellas que mejoran el alma de quien las vive. En ese único sentido es indispensable buscar a la Primera Novia. El hombre sabio deberá cuidar -eso sí- el detenerse a tiempo, antes de encontrarla.
El camino está lleno de hondas y entrañables tristezas. Jorge Allen siguió recorriéndolo hasta que él mismo se perdió en los barrios hostiles junto con todos los Hombres Sensibles.

22 septiembre 2009

Playing for Change - Stand By Me

Me encontré con este video en youtube, creado por Playing for Change, hecho a traves del mundo con distintos interpretes, casi todos músicos callejeros. Investigué un poco y comparto este extracto y el video. El tema es muy conocido y demuestra el idioma universal y de unión que es la música. La una versión del video me gustó mucho

Un día mientras caminaba por esa calle, Mark Johnson escuchó cantar Stand By Me en la distancia. Corrió a presenciar la ejecución y se dio cuenta de que la voz, el alma y la pasión de Roger Ridley el primero (de este video)y de tantos otros como él tenía que ser compartida con el resto del mundo.
Así nació Playing For Change, un movimiento multimedia creado para inspirar, conectar y llevar la paz al mundo a través de la música. La idea de este proyecto surge de la creencia de que la música tiene el poder de romper los límites y superar las distancias entre las personas. No importa si la gente viene de diferentes entornos geográficos, políticos, económicos, espirituales o ideológicos, la música tiene el poder universal de trascender y unirnos como una sola raza humana. Y con esta verdad firmemente establecida en sus mentes, sus iniciadores se dispusieron a compartirla con el mundo.
Los impulsores de Playing For Change construyeron un estudio de grabación móvil con todo el mismo equipo utilizado en los mejores estudios...y viajaron con él a donde la música los llevó.
La música es ciudadana del mundo, habla en todos los idiomas, está en boca de todos, deambula a pie, vive en las calles y duerme bajo el cielo estrellado...en paz.

08 septiembre 2009

Quiero las fotos

Pese a los adelantos de estos tiempos, para mi hay algo que no se supera: las fotos.
Las fotografías inmortalizan la imagen de un instante, lo dejan quieto para siempre echo recuerdo mientras la vida continúa, y yo, puedo recordar que estaba haciendo con toda precisión en ese momento, el de hacer el click inmortal. La vida es un álbum que está lleno de fotografías, una detrás de la otra, y en ese flujo de vivir y fotografiarnos todos cambiamos. Nos ponemos más gordos, más flacos, mas pelados, siempre sonrientes para ese instante de nuestra vida que quedará así para siempre. Quien guarda las fotos en las que aparece con cara de amargado o está triste? nadie toma retratos en un velorio, ninguna pareja se saca una foto cuando se separa (aunque en algunos casos sería algo bueno para recordar). Fotografía es sinónimo de fiesta, de algo para volver a ver, algo que en ese momento era digno de ser guardado para siempre. Al ver una foto me transporto a ese instante que quedo congelado, y puedo recordar los pasos previos que llevaron a la realización del la misma y lo disfruto. Personalmente prefiero la foto a la filmación, la foto tiene esas cosa mágica del momento detenido, esa milésima de tiempo que se guardó en un pedazo de papel, de CD o en el duro de la PC y quedó ahí para siempre, con nuestra cara sonriente, el abrazo querido, la majestuosidad de algún paisaje o la monería de los compañeros de estudio. La filmación tiene otras cosas que yo no discuto, pero no es tan lindo verlas como mirar esos ojos que a su vez nos miran desde la inmovilidad de una fotografía.
Cuando miramos fotos tendemos a pensar que todo tiempo pasado fue mejor, no es tan así. Si pudiéramos fotografiar toda la vida nos daríamos cuenta que todo tiempo pasado fue eso, solo pasado. ¿Que las fotos de ayer nos marcan que estábamos más jóvenes, mas flacos? si, seguro. Pero también las fotos de hoy nos indican que estamos mejor que lo que estaremos en las fotos de mañana, y al verlas diremos lo bien que nos veíamos y lo sonrientes que estábamos.
Me gustan mucho las fotos, tengo dos grandes cajas llenas de fotografías de distintas fechas, lugares, edades, situaciones y festejos, como corresponde.
En resumen, yo creo que para eso son las fotos, para que al volver a verlas recordarnos que alguna vez fuimos felices, como decía en mi otro sitio.






19 agosto 2009

Dicen que

Dicen que en la vida cuando una puerta se cierra otra se abre, no se si es cierto o es otra de las cosas que inventan los conformistas de siempre; la cosa es que si vemos a las oportunidades o elecciones que tomamos como puertas que se cierran o abren, hay puertas que nunca se abrirán y otras que jamás se cerraran. Por ejemplo la puerta de la NASA no se abrirá a esta altura de mi vida para permitirme un viaje ida y vuelta en el transbordador, pero probablemente si se abrirían (si no investigan demasiado) para servirle café a los astronautas antes de partir, o pasar el lampazo. Hasta ahí es una teoria aceptable.
Ahora la cosa cambia cuando hablamos de los sentimientos. Entonces esas puertas que se cierran dejándonos afuera, la que se esperaban abiertas para entrar y que adivinábamos como el umbral a la dicha o la felicidad, y que se cerraron con trabas desde adentro,y que ya no nos permitirá saber si era así, serán reemplazadas por otras ?.
Sin entrar, quedándonos en la vereda sin resguardo, girando el picaporte sin ninguna esperanza, nos damos cuenta con dolor que no es por ahí donde se consigue lo que queremos y que no habrá ninguna otra que la suplante.
Hoy de regreso me detengo frente a la puerta, cerrada y sin posibilidades de que me deje pasar, y aunque ya no soy el que un día trató por todos los medios de que me cediera el paso, me gustaría que se abriera solo un poquito para poder ver en su mirada algo de lo que una vez vi.

18 agosto 2009

El espejo - Reedición

Entro al bar y con el clásico ademán de abrir el dedo índice y el pulgar le pido al mozo que me traiga un café, me paro frente al espejo de una columna y me acomodo el cuello de la camisa, paso las manos por el cabello para que no me quede sobre la frente y me siento en la mesa más próxima.
Un joven recorre las mesas del café ofreciendo a los parroquianos un retrato al instante por pocas monedas. Yo estoy esperando aburrido a mi cita, sentado a la mesa de ese café, acepto. El joven se sienta frente a mí y comienza a trabajar con carbonilla sobre un gran block de papel garbanzo blanco, tamaño oficio. El mozo me acerca el pedido y yo trato de no moverme para no dificultar la tarea y por casualidad descubro que, gracias al espejo que decora la columna donde me había detenido a observarme, en combinación con otro gran espejo que recorre a lo largo la pared a mediana altura, puedo observar perfectamente el trabajo del dibujante.
Después de unos minutos advierto con asombro que el dibujo va tomando la forma de una cabeza, con grandes ojos bien abiertos, mirando como con asombro, la piel muy pegada al hueso, y los pómulos sobresaliendo muy afilados hacía afuera. Las sienes adornadas con hilos de fino cabello blanco, que caen sin ninguna gracia a los costados, la boca con unos finos labios que dejan ver unos dientes desparejos y asentada sobre algo parecido a hueco. Horrible, debe haber un error, ¡acabo de verme en el espejo!. Luego escucho a un grupito de parroquianos que se ha reunido, de pie, alrededor del dibujante, mientras miran alternativamente al dibujo y a mí moviendo la cabeza de arriba a abajo, comentar con admiración el parecido.
Comienzo a transpirar sin poder evitarlo, pero no me atrevo a decir nada, me limito a retorcerme las manos. Estoy casi paralizado por lo que veo, haciendo un esfuerzo me levanto y dejando unos pesos sobre la mesa, huyo corriendo del lugar.

11 agosto 2009

Terminal


Mirándolo a los ojos, con ese decir tan especial, como una niña que promete no pasarle más el dedo al pastel que está en la heladera le dijo adiós desde el andén de la estación
-Nos vemos tal vez la semana que viene-.
Y lo despidió apoyando la palma de la mano en su mejilla y dandole un beso en la boca corto, suave y definitivo.
Bajó las escaleras de la vieja terminal ferroviaria, se acomodó la corbata y levantó la solapa del saco y del sobretodo. Corría un viento muy frío que llegaba del sur y se le metía por el cuello hacía el cuerpo a pesar de todo el abrigo. Le hizo señas a un taxi que pasaba raudo por al calle casi desierta a esa hora, paró un trecho mas adelante y quedó esperándolo, así que tuvo que caminar hasta llegar a el, se tiró en el asiento trasero y le dio la dirección de su casa.
Entró en su departamento se sacó el sobretodo, el saco y se aflojó la corbata, se dirigió a la ventana y miró a la calle totalmente desierta y pensó en ella agitando su mano, yéndose en el tren de las dos y cuarto y prometiendo verse en una semana, tal vez.
Comenzó a llover, sintió un leve temblor y el frío le caló hasta los huesos.

27 julio 2009

Historias de Buenos Aires: El Kavanagh

Al edificio Kavanagh lo mando a construir Corina Kavanagh en 1934 frente a la hermosa Plaza San Martin, y se inauguró en 1936. El Kavanagh como se lo empezó a conocer, obtuvo el Premio Municipal de Casa Colectiva y de Fachada y, en 1939, recibió similar distinción del American Institute of Architects. Por sus características técnicas, compartió un galardón con la Torre Eiffel, con la Represa de Assuan y con el Canal de Panamá, otorgado por la Sociedad de Ingenieros de los Estados Unidos. Fue el primero en Buenos Aires y con su altura de 120 mts el mas alto de latinoamerica en su época.
Tiene 105 departamentos con la particularidad de ser todos distintos, el mas pequeño tiene 140 mts2, y hoy, a mas de 73 años de su inauguración, en el edificio trabajan en forma permanente más de veinte personas, entre personal de seguridad, limpieza y mantenimiento, y además, siguiendo una vieja tradición, hay un mayordomo, que tiene la función de coordinar las tareas de los siete encargados del edificio.
El Kavanagh no tiene portero eléctrico. Como si se tratara de un hotel, todas las personas ajenas al edificio deben anunciarse en recepción, e inmediatamente se les avisa, vía telefónica, a los copropietarios. Tampoco tiene cocheras. Es que cuando se inauguró, en 1936, todavía se estacionaban los carruajes sobre las aceras.
Los propietarios no pagan impuestos municipales, ya que el edificio fue declarado por la Unesco, en 1999, Patrimonio Mundial de la Arquitectura de la Modernidad. Así que los habitantes están exentos de tasas como el alumbrado, barrido y limpieza.
Los habitantesde cada departamento deben comprometerse a hacer todo lo necesario para conservarlo en buen estado, tanto por dentro como por fuera.
Este compromiso es muy estricto: ni bien una persona se muda al edificio, debe firmar un documento en el que da su palabra de conservar el departamento tal como era originalmente. Cualquier modificación interna deberá ser puesta en consideración del consorcio, aunque es muy extraño que la apruebe.
Una anécdota lo ilustra claramente: "Una señora que recién se mudaba no se tomó muy en serio esto y amplió una ventana que daba a un patio interno. El consorcio, que no había sido notificado, le hizo juicio, se lo ganó y la Justicia la obligó a volver la ventana a su estado original", contó uno de los vecinos.
Por fuera, el compromiso de mantener impecable este monumento histórico también se cumple a rajatabla. Desde hace un tiempo un estudio de arquitectura trabaja para blanquear el exterior del Kavanagh. Además, según contó uno de los empleados, hace poco se incorporó una tecnología "antipintadas".
Corina Kavanagh se reservó para ella el piso 14, de 700 metros cuadrados. Sólo tuvo que esperar 14 meses para habitarlo, ya que ése fue el tiempo que demoraron los constructores para finalizar el rascacielos, todo un récord para la época. En 1948, Corina le vendió su propiedad al banquero Henry Roberts.
Y he aquí el por que de toda esta perorata, lo mas importante de la historia. Cuentan las malas lenguas que Corina Kavanagh, mujer que pertenecía a una familia adinerada pero no patricia, lo hizo construir para vengar un romance no aceptado entre una de sus hijas y un joven de la familia Anchorena, uno de los apellidos más ilustres de la Argentina.
Contrariada por la oposición de los Anchorena, Corina, algo resentida, quiso ensombrecer una hermosa obra arquitectónica que también hoy deleita a los turistas y transeúntes que pasean por Retiro: la iglesia del Santísimo Sacramento, que los Anchorena habían construido hacia 1920 para utilizarla como sepulcro familiar.
El único pedido que les hizo a los arquitectos Gregorio Sánchez, Ernesto Lagos y Luis María De la Torre fue que el edificio, cuya entrada principal se encuentra en Florida 1065, tapara la basílica. Hoy, para mirar de frente a la iglesia, la única alternativa es pararse en el pasaje Corina Kavanagh, que también pertenece al edificio. Venganza consumada.

23 julio 2009

El Gordo y el Flaco

Como me gustan las películas del Gordo y el Flaco!! cuando vi esta foto me trajo a la memoria tardes de leche con pan y manteca, tele en blanco y negro y cortos de ellos dos subtituladas al castellano.



Lo que mas me gustaba eran los gestos a veces ampulosos a veces casi tímidos que hacía Oliver Hardy, siempre maltratado por el flaco Stan Laurel, que con o sin culpa le hacía la vida imposible.

Si le gusta echele un vistazo AQUI

21 julio 2009

El servicio

Llego y tras cerrar la puerta del departamento se sacó los zapatos y los pateos a un lado, dejo sobre el sillón la campera y la bufanda y olfateó el aire en busca de esa sensación de comida preparándose. Entró a la cocina y saludó con una especie de gruñido, se sentó en la mesa dando la espalda a la mujer y apartó un poco el plato y los utensilios apoyando los codos en espera que le sirviera la cena. Encendió la televi y reclamo su comida.
- Ya tengo todo listo, ya te sirvo, ya te atiendo-
contestó la mujer mientras se acercaba por detrás a su marido que miraba atentamente el aparato.

17 julio 2009

Publicidad

Publicidad de agua mineral, muy buena

La Cunparsita

Un poco de historia sobre uno de los tangos mas conocidos en el mundo a 90 años de su creación. La Cumparsita, casi un himno argentino

02 abril 2009

Un emocionado adios


Se ha muerto un verdadero ejemplo y un verdadero líder. Un ejemplo de civismo, un ejemplo de democracia, un ejemplo de honradez, un ejemplo de libertad, un ejemplo del dialogo en el discenso. Un estadista reconocido, un demócrata con todas las letras.

En que gran soledad política nos ha dejado Raúl Alfonsín






11 marzo 2009

Imagenes quietas