Llego y tras cerrar la puerta del departamento se sacó los zapatos y los pateos a un lado, dejo sobre el sillón la campera y la bufanda y olfateó el aire en busca de esa sensación de comida preparándose. Entró a la cocina y saludó con una especie de gruñido, se sentó en la mesa dando la espalda a la mujer y apartó un poco el plato y los utensilios apoyando los codos en espera que le sirviera la cena. Encendió la televi y reclamo su comida.
- Ya tengo todo listo, ya te sirvo, ya te atiendo-
contestó la mujer mientras se acercaba por detrás a su marido que miraba atentamente el aparato.