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04 junio 2008

Obsesión

Mientras te miro irte por y para siempre, puedo sentir la sangre en las venas y el dolor en las sienes.
Lo siento con algo o todo de impotencia. Quiero abrazarte fuerte y besarte el cuello, desenredar tus rubios rulos entre mis dedos y no darme ahí por vencido. Como el convicto y condenado a muerte al que le dan una ultima cena antes de ir al patíbulo, magnífica, completa, yo pido una noche como las de antes. Madrugadas de besos, y amaneceres de caricias tocando el esplendor, de manos entre las piernas, de sonrisas furtivas y conversaciones sobre mañanas sin esperanzas, pero que le dan sentido a todo. Y luego los guiños cómplices de caricias y sonidos acallados ante la posibilidad de escuchas ajenas. Y el pensar en vos los días posteriores. En el cole o en la calle, recordando tus gestos, tu decir y tu callar, contando lunares en la sombra y algún detalle que hace que una tenue corriente recorra mí espalda de abajo hacía arriba.
Repitamos aquellos días una vez mas, despertaremos a los vecinos y beberemos del elixir que nos queda desde aquel día.
No dejo de pensar en tu espalda encorvándose y tus ojos al cielo, perdón.

Pero de todas formas solo te miro irte por y para siempre.

20 mayo 2008

Música


Existe un sitio en el que habitan todas las ideas que aún no han nacido. Está cerca a aquél en el que esperan los cuentos que aún no fueron inventados, y limita, a veces hasta confundirse, con aquel otro en el que aguardan las poesías, y las canciones y melodías aun no escritas.
Algunas de esas canciones y poesías son perezosas. Se acostumbraron a deambular en su etéreo mundo inexistente, y sólo el trabajo y la constancia, hace que acerquen sus melodías a nuestro mundo y salen casi a regañadientes, y algunas inundan el aire, suenan, brillan y luego, son olvidadas.
Otras, en cambio, buscan por si mismas la salida, porque necesitan hacerse oír. Soy canción y poesía -se dicen- quiero existir para ser cantada, necesito que me escuchen, quiero hacer llorar, o sonreír, o enamorarse. Soy canción y poesía, y buscan la forma de serlo. Y así, comienzan a mostrarse, y a insinuarse, y a enseñarse, música y poesía que salen y se muestran cada vez que mis ojos se posan en los tuyos, y ya no hay nada que me detenga.

08 mayo 2008

Recuerdos del mar

Es iracundo y de sus entrañas saltan chispas líquidas. Sus olas se elevan hacia el cielo como intentando llamar la atención, y vaya si lo logra. Espuma irritado y frío, violento y sin embargo hermoso. Su estado le cambia el color celeste por tonalidades grises y verde oscuro. Toda su furia la descarga con pasión contra la playa y las piedras.

Es soberbio, impresionante, temido e incluso odiado en esos momentos en los que es imparable, en los que sus aguas devorar la tierra. Profundamente admirado, amado, inspiración para poetas y gente de alma sensible, personas que hacen de él un arte o compañero de pensamientos, como un amigo.

Pese a los cambios de humor, casi todos posamos los ojos en sus aguas con admiración. Tiene para mi un imán especial, me atrae y me hipnotiza con su eterno ir y venir, sin descanso.

Se muestra especial en esa estación en la que los días se alargan y el sol demora en hundirse en sus aguas, allá en el horizonte. Entonces, con el agobiante calor acaricia los cuerpos sin distingos de ninguna clase, grandes y chicos, hombres y mujeres. Amigo íntimo de caricias a las que incita con murmullos suaves de espuma.

Cómplice silencioso de enamorados apasionados que se muestran ante él sin pudor, arrullando besos al ritmo de sus idas y venidas.

Espejo de la Luna que se mira reflejada noche tras noche en inmenso espejo de sus aguas, sonriente, orgullosa y plena.

En la inmensidad de sus profundidades viven una innumerable cantidad de especies que, sin su existencia, morirían, sin posibilidades de vida fuera de tan maravilloso ámbito.

El mar, eterno como los sentimientos, eterno como la misma eternidad.

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07 mayo 2008

Viejos vinilos

Hace algunos meses, y por cuestiones que no vienen al caso, mi hermana, que vivía con ella debió dejar el departamento que alquilaban. Es así que me toco preparar las cosas para la mudanza. Lo primero que vi fue mi colección de discos de vinilo, mi vieja los tenía guardados cuidadosamente junto a.... siii el Wincofon. Montones de discos que fui comprando con el correr de los años, desde que llego el "modernismo" a casa, cuando apenas terminaba el primario, de la mano de mi viejo. Bueno, no todos son comprados, algunos me los prestaron y por esas cuestiones de la vida, olvidé devolver. Me puse a desempolvar mis discos de vinilo, entre ellos había unos cuantos de Serrat. Descubrí a Miguel Hernández y Antonio Machado a través de esos LP. Discos de Credence, de Roberto Carlos, dos de Pink Floyd, Cat Stevens. Buenos Aires 8, un conjunto coral espectacular que pocos conocen, con dedicatoria manuscrita de Piazzola

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Tengo también la colección completa de los LP de los Beatles, que tantas veces he escuchado y tanto me costó en tiempo y dinero, completar. Incunables como Posuigieco, LP grabado por Sui Generis, León Gieco y Raúl Porchetto y María Rosa Yorio.

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Mas una cantidad considerable de “simples” de artistas varios. Sumados a los discos que escuchaban mis viejos, casi todos de tango, con las grandes orquestas "típicas" como las de Troilo, D’arienzo, Pugliese etc, Sandro, Julio Iglesias (de mi mamá) el Cascanueces en una presentación muy buena en forma de libro gigante ya que son tres LP, Tito Schipa, tenor muy apreciado por mi veja, algunas rarezas, como los discos de Bing Crosby que no eran LP ni simples, ya que traían cuatro temas por lado y una buena cantidad de etc.

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Las portadas de los discos eran geniales, las miraba una y otra vez, me gustaban casi tanto como su contenido, era natural escuchar el disco mientras miraba la tapa, grandes y a veces dobles, con fotos, cuantas veces escuche Abbey Road de Los Beatles tratando de precerme a George Harrison.

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La cosa es que me aparecí en casa con el bagayo de discos y el Wincofon. Ante la mirada atónita de esposa e hijas coloque todo sobre la mesa con las loables intenciones de darles una "escuchadita". Estas ultimas, mis hijas, miraban todo como si fueran unos objetos antediluvianos que su padre trajo de vaya uno a saber que excavación, y no entendían muy bien como esas cosas negras grandes y redondas podían despedir alguna otra clase de sonido que no fuera ruido. Incluso a la más chica, tuve que explicarle que no se podía jugar al fresh be o como se llame con los discos, y arrojarlos por el balcón cual platos voladores. Enchufé el Winco y escuchamos algunos temas para que vieran como era la cosa por entonces. Mi viejo Wincofon tiene una púa que debe ser tan vetusta o mas que los discos.

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Antes poner un tema y clavar la aguja era todo un arte, la aguja o púa tenía que cambiarse periódicamente para que sonara como se debe, sobre todo el estéreo. Con los “automáticos” el brazo caía en el primer surco solo, pero si uno deseaba escuchar el cuarto tema por ejemplo, debía levantar el brazo (pick up se llamaba también) y clavarlo justo en el comienzo, si no podía rallarse y después "saltaba" la púa, y a la media hora, vuelta a empezar porque los vinilos tienen dos caras.¿Se acuerdan? La generación del 'mp3', la que lleva miles de canciones en una cajita de fósforos, difícilmente podrá comprender que hubo un tiempo en el que la música venía repartida en 'caras', la 'A' y la 'B' en la escuela clásica, y la '1' y la '2' en la de los modernos. Pero fue así. Ahora se puede escuchar música en cualquier parte, sin dar vuelta nada, con un botoncito se puede elegir la pista que nos de la gana.

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Los discos están en buen estado, ya que yo los cuidaba bastante, pero claro, el sonido que sale de un Winco no es ni ahí lo que sale del equipo de sonido que suelen escuchar mis niñas, por tal motivo y luego de escarnios varios, y ante la total falta de solidaridad recordatoria, junte todo prolijamente, los coloque envueltos en bolsas en una caja y me los llevé a la oficina donde los guarde hasta mejor oportunidad.

Admito que ahora es todo más sencillo, desde adquirir los cds, o bajarlos de Internet hasta movilizarse con el reproductor a cuestas para tener la oportunidad de escuchar música donde se quiera y con buen sonido, es verdad, pero aquello era otra cosa, como dice Serrat,

Yo recuerdo cada uno de los discos de vinilo, y tengo la mayoría de ellos en cd, ya que como dijo alguien que no recuerdo, todos ellos forman parte de la banda sonora de nuestra vida.

Ah, tengo también una considerable cantidad de casettes, pero esa es otra historia.